A todos nos preocupa estar en forma, tanto corporal como mentalmente. Para ello existen numerosos métodos y técnicas que nos pueden ayudar, como es el caso del método pilates. La filosofía principal es que mente y cuerpo son indivisibles. Para ello se realizan unos movimientos específicos acompañados de un control de la respiración. Cada vez más presente en muchos centros y para millones de personas es más que una tabla de ejercicios un estilo de vida. Una de las ventajas del método pilates es que cualquier persona puede practicarlo. Da igual la edad, la estatura, el peso o la formación física. Las posturas o ejercicios varían según las posibilidades de cada uno.
El pilates se apoya en seis puntos básicos: estabilización, control físico, concentración, fluidez o eficiencia de movimiento, respiración y precisión. Es decir, el movimiento se inicia en una plataforma estable y gracias al control para evitar lesiones y la concentración los movimientos precisos se van desarrollando conteniendo la respiración cuando sea necesario. Los movimientos en este método son lentos y controlados.
Sus beneficios son innumerables y suelen notarse muy pronto. Ayuda a mantener el tono muscular, a corregir la postura para personas con problemas de espalda o lesiones, aumenta la flexibilidad y la agilidad. Sin olvidarnos de la relajación global que supone practicarlo.
Esta técnica fue creada por Joseph Pilates, quien lo llamó “contrología” e ideo más de 600 movimientos, que pueden practicarse tanto con aparatos específicos como individualmente.
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